15 febrero 2021

RUTA DE LAS MINAS DE SABERO




       SABERO, si por algo se caracteriza este valle, es por su pasado minero, que en las décadas de los 60 y los 70 fue el sostén económico de sus gentes, así como su forma de vida y su sentir popular.
Su nombre, Sabero, ha sido producto del paso del tiempo ya que en época romana, su nombre seria   Villa Sancti Petri y que con el paso de los años dio nombre a su parroquia, San Pedro.
Su pasado industrial, también es digno de mención, su Ferrería, actualmente el Museo de la siderurgia y la minería, situado en la ferrería de San Blas, de acusado estilo neogótico, acogió los primeros altos hornos de la península Ibérica construidos en 1847 por la sociedad Palentino-Leonesa de minería.




Después de esta breve historia del lugar, pasaré a describiros nuestra ruta de hoy.
El lugar de partida es junto al panel informativo de la ruta en la fachada principal del museo, donde antes de comenzar a caminar, podéis contemplar la zona exterior del museo con multitud de maquinaria antigua relacionada con la minería.
Saldremos caminando justo por la calle de arriba del museo y con dirección a la ermita de San Blas del siglo XVII donde cogeremos la pista por donde transcurre casi la totalidad de la ruta, pero que nosotros la variaremos un poquito como ya tenemos por costumbre.



A kilómetro y medio del punto de partida, una señal nos indica dos direcciones, de frente al Roblón de la Plata y a la izquierda por un sendero de lo más bonito, a la cueva del Trigal a la cual nos dirigimos dejando atrás el Roblón.







Una vez recorrido el bonito sendero que nos llevó a la cueva, sacamos de las mochilas nuestros frontales para entrar a la cueva del Trigal que aunque de pequeño tamaño, conserva formaciones calcarías ( no muchas, el vandalismo hizo de las suyas en esta bonita cueva) que han sido creadas en el silencio de la gruta durante miles de años por el paciente trabajo del agua sobre la roca.










Una vez fuera de la cueva, decidimos no regresar para coger la ruta oficial y subimos al alto del monte para bajar por una breve  pero intensa canal, la humedad del suelo hacía que fuera  peligroso por los resbalones, pero nada que no pudiéramos superar.












Tras pasar la angosta canal, continuamos descendiendo pradera abajo hasta cruzar el arroyo y continuar por una vereda bien marcada por la cual atravesaríamos dos robledales nobeles para llegar a la pista que nos metería de nuevo en la ruta oficial.
Pero antes y aprovechando que era el día de San Valentín y encontramos muérdago en el camino....




Dejando romanticismos atrás, continuamos nuestro camino por la empinada pista de descenso que nos dejaría en la ruta de nuevo.
Desde este punto nos volveríamos a adentrar en el bonito bosque de la Mailera, multitud de robles centenarios arropados de musgo y líquenes, nos deleitaron este tramo del camino.








Poco a poco por este bonito tramo de la ruta, llegamos al mirador del Esla, con una bonitas vistas del valle, lástima que fuera un día de nubes y no pudiéramos contemplar la belleza de los picos Moros y Peñacorada.
Tras las fotos de rigor, comimos justo debajo del mirador en una mesa de picnic muy bien situada.




Después de comer, comenzamos el descenso hasta la rivera del Esla, corto pero intenso a la par que bonito camino entre piornos y escobas.





Ya a orillas del rio Esla, la senda nos ofrece un bonito y relajado paseo salteado de varias minas antiguas y la tolva del lavadero de carbón, con una representación de lo que fuera la línea de baldes con los que transportaban el mineral hasta la factoría de la sociedad Palentina-Leonesa de minas a orillas del Esla unos kilómetros más abajo.








Poco a poco y sin darnos cuenta, dejamos atrás la senda y nos adentraríamos en la alameda que nos levaría por el pueblo de Alejico y donde tomaríamos algunas fotos más en el puente colgante que une dicha localidad con Aleje en la orilla opuesta.








Dejando el pueblo de Alejico y ya por la carretera, caminaríamos los dos kilómetros que nos separaban del final de nuestra ruta ya que decidimos antes de comenzar, llevar algún coche hasta este punto para no tener que atravesar todo el pueblo de Sabero y respetar a sus gentes en estos momentos de pandemia que nos ha tocado vivir.




Y con esto y un bizcocho....damos por concluida nuestra ruta, os la recomiendo a todos, para cualquier época del año.
A continuación, os dejo los datos técnicos por si queréis utilizarlos.
Espero haya sido de vuestro agrado y si así es, os hagáis seguidores del blog.

SALUD Y MONTAÑA


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