Para esta ocasión nos decantamos por el bonito entorno del pico Fontañán, preparamos los bártulos y volvimos a echarnos al monte como cada domingo.
Pero antes de empezar con la ruta, contaré un poquito de la historia de dicho pico para que todos tengáis constancia de los hechos allí acontecidos.
En la cima del pico Fontañán y en alguna de sus laderas se conservan restos de la cruenta defensa que las milicias republicanas intentaron hacer frente al ejercito golpista en la guerra civil española.
En los primeros días, tras la sublevación golpista el apoyo en León al mismo, hizo que las milicias gubernamentales se replegaran hacia el norte.
El 31 de julio de 1936 la Robla fue ocupada por los golpistas. Las laderas y cimas que rodeaban la Robla, fueron excavadas de trincheras y túneles defensivos, como muestra la cima del Fontañán que a día de hoy, aun deja ver muchas de sus construcciones bélicas.
Cierro los ojos e intento imaginar las penurias que allí pasarían, esperemos que nadie tenga que volver a pasar por la misma situación.
En su falda sureste, también cuenta con las ruinas del castillo del Alba construido por Alfonso III de Asturias sobre un antiguo asentamiento romano. Fue una fortaleza construida en la llamada peña del Castillo desde la cual se dominaba el valle del rio Bernesga y la calzada que iba de León a Oviedo.
Dicho castillo data del año 900 y a día de hoy tan sólo quedan unas pocas ruinas.
Y tras esta breve lección de historia comienzo con lo que en realidad nos trae aquí.
Tras un temporal de frio polar, hoy el día amanece frio y soleado, perfecto para comenzar a caminar.
Nos reunimos en el restaurante del Buen Suceso, famoso por su gran variedad de tortillas, las cuales os animo a probar.
Atravesamos la N630 frente a la ermita del Buen Suceso, a continuación cruzamos las vías del ferrocarril León-Gijón y por la antigua carretera continuamos en dirección norte hasta el puente sobre el rio Bernesga que nos meterá de lleno en las calles de Nocedo de Gordón.
Por su calle principal continuamos hasta una bonita casa en la que tomaremos la pista que sale a nuestra derecha e iremos ascendiendo poco a poco hasta pasar una explotación apícola y al poco una senda que nos llevará al primer nido de ametralladoras que veremos hoy.
Durante unos 400 metros caminaremos por una bonita senda entre robles y cuarcitas, durante todo este recorrido nos iremos encontrando con diversas ruinas defensivas de la guerra civil.
Llega un punto donde la senda se desvía a nuestra izquierda, para comenzar a descender de esta sierra llamada "El Corollo" e ir al encuentro de una pista que pasa de norte a sur y que en nuestro caso tomaremos a la izquierda con dirección sur para ir al encuentro de otra pista que viene del pinar de Fontañán.
Ya en dicha pista, la subida cada vez es mas pronunciada y continua, es más, ya no tendremos descanso hasta la cima.
Saliendo del pinar continuamos por la senda bordeando una pequeña loma por su derecha hasta llegar a un falso llano que nos tendrá una agradable sorpresa, la primera trepada del día. En mi opinión una trepada fácil y entretenida, pero para otras personas puede resultar algo complicada, como yo suelo decir, despacito y buena letra.
Después de esta divertida trepada, apenas un kilometro y 200 metros de desnivel nos separan de hacer cima en este discreto pero impresionante pico. Las vistas son en todo momento deslumbrantes y en un día soleado como el que tuvimos se puede llegar a ver desde Peña Ubiña hasta el Espigüete en la montaña Palentina.
Ya en la cima, las fotos de rigor y después decidimos comer en la pradera bajo el cálido sol de primavera.
Después de comer y descansar un poco continuamos nuestra ruta. Para descender decidimos hacerlo por la vertiente norte y adentrarnos en el bonito hayedo.
Una senda bien marcada y bastante pindia sería nuestra guía hasta salir del hayedo y llegar a una fuente
señalizada, donde repusimos agua para continuar con el descenso que teníamos previsto.
Después de la fuente y por un claro en el bosque llegamos a una señal donde indicaba al Fontañán y a La Pola de Gordón, nosotros ni una ni la otra, decidimos coger la senda que sale a nuestra derecha y que nos llevaría hasta la mismísima cascada de Aguas Blancas.
La senda perfecta, la bajada divertida pero algo peligrosa, sobre todo si es con agua o nieve. Lo que si quiero es hacer una petición por si alguien de los que marcaron la bajada lee esto y lo quiere solucionar, durante la vertiginosa bajada antes de la cascada varias varillas de tetracero están clavadas en el camino, creo que como señalización, en mi opinión deberían quitarlas, pueden causar un disgusto a alguien o buscar una solución para que si alguien tropieza no pueda clavárselas.
Tras el descenso un poquito escabroso, llegamos a la cascada y como no ….. sesión fotográfica para dejar constancia de nuestro paso por este bonito lugar.
Con esta visita a la cascada nuestra aventura está tocando a su fin.
Continuamos camino abajo, esta vez ya por una vereda sin apenas complicación hasta llegar a la pista que nos llevará a las obras de los túneles del AVE en la Pola de Gordón.
Tan sólo nos quedó bordear toda la obra y coger el camino que ya en dirección sur nos dejaría en Nocedo y desde el pueblo y por la carretera, llegar al bar del Buen Suceso para terminar nuestra ruta y tomarnos las muy merecidas cervecitas.
Como de costumbre espero fuese de vuestro agrado y que mis indicaciones os sirvan de ayuda en vuestras futuras salidas.
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SALUD Y MONTAÑA
A continuación os dejo los datos técnicos;